El misionero Andrew, conocido también como el mayor contrabandista de Biblias de la historia en países comunistas y fundador de la organización cristiana mundial Open Doors USA, pasó a descansar en la presencia del Señor este martes, a la edad de 94 años.

Andrew van der Bijl, su verdadero nombre del que le hizo ser reconocido como “Hermano Andrew”, era holandés y un cristiano radical que por muchos años llevó de contrabando muchas Biblias a países donde su política consideraba y considera la fe en Cristo como sinónimo de amenaza y rebeldía; debido a ese trabajo fue el fundador de Open Doors USA, la mayor organización que monitorea la persecución cristiana en el mundo.

Sin embargo, al encabezar una organización cristiana de renombre en el mundo entero, él no tomaba tal título “como cosa a que aferrarse”, sino que era todo lo contrario, pues siempre fue catalogado como el más aguerrido, valiente y aventurero misionero que muchos pudieron conocer.

Con respecto a su vida, Open Doors escribió lo siguiente en honor a su memoria:

«A menudo describimos al hermano Andrew como el fundador de Puertas Abiertas. Pero referirnos a él como ‘el fundador’ podría llevar a la gente a imaginarlo como un ejecutivo vestido de traje que hace presentaciones en una sala de juntas. Esa imagen, sin embargo, no puede ser más lejos de la verdad. En realidad, el hermano Andrew es nuestro principal aventurero y principal tomador de riesgos. Es mejor conocido, de hecho, por arriesgar valientemente su vida para contrabandear Biblias detrás de la Cortina de Hierro en el apogeo de la Guerra Fría».

El diario holandés Netherlands Dagblad fue el primero en anunciar su fallecimiento, que luego sería confirmado por la propia organización más tarde al mismo sitio de información.

Su primer libro “El contrabandista de Dios” (God’s Smuggler), publicado en 1967 logró captar la atención de muchos en el mundo por sus diversas técnicas para poder llevar la palabra de Dios a los lugares en donde la persecución de la fe estaba surgiendo, principalmente por la mente radical de sus gobernantes; la más recordada es como llevó cientos de ejemplares del Evangelio dentro de su escarabajo Volskwagen.

Fue tal el éxito de ese libro, que fue traducido a 35 idiomas bajo la escritura de dos periodistas cristianos, John y Elizabeth Sherrill, quienes lo titularon “Brother Andrew”; logró vender más de 10 millones de copias en el mundo.

En uno de sus relatos contó que en una ocasión estuvo a punto de ser descubierto por los guardias fronterizos en Rumania, quienes minuciosamente revisaban su auto escarabajo repleto de Biblias escondidas; fue cuando el hermano Andrew decidió pedirle un milagro a Dios.

«Querido Señor ¿Qué voy a hacer? Sé que ninguna astucia de mi parte puede ayudarme a superar esta búsqueda en la frontera. ¿Me atrevo a pedir un milagro? Déjenme sacar algunas de las Biblias y dejarlas a la vista, donde se verán», dijo en ese entonces mientras oraba.

Entonces colocó varias Biblias al aire para que los guardias pudieran verlas, se detuvo en el puesto de seguridad, miraron su pasaporte y le permitió irse, «Avancé, con el pie sobre el freno. No sucedió nada. Miré por el espejo retrovisor. El guardia estaba haciendo señas al próximo auto para que se detuviera, indicándole al conductor que tenía que salir”, contó sobre su oración respondida.

Nacido en Países Bajos, resistió y evitó ser reclutado para las filas alemanas dentro de la Segunda Guerra Mundial; hoy por hoy, su organización sigue ayudando a miles de cristianos que son perseguidos por su fe en más de 60 países diferentes, distribuyendo gran cantidad de Biblias y libros cristianos, materiales de capacitación y manuales de discipulado.

Además de ello, brindan ayuda, alivio espiritual, asesoramiento sobre traumas, mientras que buscan abogar por la situación de muchos cristianos ante las autoridades del mundo; el ejemplo del hermano Andrew se basaba en aplicar lo que muchos hicieron por Jesús: seguirlo y por causa de su poder hacer cosas extraordinarias.

«La Biblia está llena de personas comunes que fueron a lugares imposibles e hicieron cosas maravillosas simplemente porque decidieron seguir a Jesús», expresó Open Doors sobre van der Bijl y alguna oportunidad de hablar con el público que hoy le conoce.

«El verdadero llamado  no es un cierto lugar o carrera, sino la obediencia diaria. Y ese llamado se extiende a todos los cristianos, no solo a unos pocos elegidos», finalizó.

Honramos la vida de hermanos como Andrew, quienes incansablemente llevaron y extendieron la palabra de Dios, su amor y su misericordia con muchos otros aun en tiempos difíciles, de escasez, necesidad, incluso frente a la muerte, todo por causa de la expansión del reino del Señor aquí en la tierra.

Fuente: BIBLIATODO