Reclusos de una prisión de máxima seguridad en Missouri, donde la mayoría cumple cadena perpetua, vivieron un encuentro con Jesús que les cambió la vida y trajo verdadera libertad a sus almas, entregando sus vidas al Salvador de la humanidad, el hijo de Dios.

Con manos alzadas y corazones rendidos expresaron sus luchas contra la ansiedad, la depresión y la adicción y a la misma vez como Dios los sanó y liberó, haciendo que sus vidas estén llenas de esperanza y un mejor futuro ahora que han conocido la verdad por medio de Jesucristo, lo que se cataloga como un verdadero avivamiento en el recinto penitenciario.

El Ministerio God Behind Bars ha estado ministrando a diferentes prisiones en todo Estados Unidos, ayudando a los reclusos a bautizarse, aceptar a Jesús y abrazar una nueva vida dentro y fuera de la prisión.

Uno de los beneficiados, que lleva 30 años privado de libertad testificó lo siguiente:

“Me condenaron a 30 años por robo a mano armada. Conocer a Jesús y tener una relación con Él hace una gran diferencia. Durante muchos años supe de Jesús, pero no tenía una relación con Él”, dijo.

“Fue en 2008 cuando empecé a tener una relación con Jesús. ¿Una prisión sin Dios? No hay peor prisión que la que un prisionero pueda crear jamás”, añadió.

Además, otro testimonio proviene de un hombre que fue condenado a 20 años de prisión y que ahora, como ex prisionero, ha estado guiando a cientos de personas hacia Cristo.

En una publicación detallada, RJ compartió su testimonio, comparándolo con la parábola del hijo pródigo en la Biblia.

Los logros de este ministerio y su labor suman años de dedicación a un sector de la población que necesita toda la ayuda para transformar sus hechos del pasado y avanzar hacia un nuevo estilo de vida que evidencie un cambio genuino en sus participantes, el cual se logra por medio de la fe en Jesús.

“Desde 2009, God Behind Bars se ha asociado con iglesias de todo el país para transformar las vidas de los reclusos y sus familias. La mayoría de los presos (hasta el 92 % de todos los individuos encarcelados) serán liberados y se reintegrarán a la sociedad en algún momento, y el 75 % de ellos volverá a prisión en un plazo de tres años. Abordamos este problema con un enfoque único de tres pasos que se centra en las necesidades físicas, espirituales y relacionales de los reclusos y sus familias”, expresaron.

“Al invitar a Dios a la prisión y mostrar su amor de maneras tangibles, God Behind Bars está restaurando vidas, fortaleciendo la fe, luchando contra las adicciones, reconectando familias y dando a miles de reclusos esperanza para el futuro”, finalizaron en la publicación.

Fuente: Bibliatodo.com