El viaje de fe de un musulmán es tan similar al que tuvo el apóstol Pablo, ambos pudieron experimentar y conocer a Jesús de la manera más inesperada y sencilla haciendo que sus planes y la vida misma cambiara por completo.

Al Fadi, un hombre que creció dentro del islam radical en Arabia Saudita, la que se cree es la cuna de la creencia islámica, aprendió la mayor parte de su vida defender el nombre de Alá en una guerra santa contra los que no eran pertenecientes a su cultura, incluso hubiera dado su propia vida por tal causa ya que le era prometido el cielo a causa de tal “proeza”.

“Sabía que si iba a morir por la causa de esta lucha, esa sería la única forma en que mis pecados serían perdonados”, afirmó.

Al mudarse a EE.UU para continuar con sus estudios académicos a nivel universitario se afianzó en la idea de que tenía que convertir a los estadounidenses al islam, pero el plan de Dios le dio un giro radical a todo lo que él creía, conocía y había planeado.

En su viaje se hizo amigo de una pareja americana que lo ayudaría con su inglés y a conocer también de la cultura de la nación en la que viviría a partir de ese momento, por lo que ellos dos serían “los dos primeros” en una lista de convertidos al islam pero no contaba con un pequeño detalle: ambos eran cristianos.

La pareja amiga de Fadi poco a poco le fue mostrando cuan distintos son el dios que lidera el islam y el Dios de la Biblia, con tan solo mostrar Jesús ya había entregado su propia vida para que él fuera perdonado de pecados y tener vida eterna destruyó el concepto que el islam había sembrado en él acerca de ese tema.

“Comencé a darme cuenta de que el islam puede no ser la religión que crecí pensando que era”, confesó.

Entonces, como si fuera una venda, sus ojos se abrieron a la verdad, su corazón pudo conocer realmente el tamaño del acto de amor que Cristo había hecho por él que automáticamente cayó de rodillas pidiendo a Jesús que fuera su Señor y Salvador.

La libertad que conoció y sintió fue realmente inexplicable, una que solo el Hijo de Dios puede dar.

“El Dios de la Biblia me amó y envió a su Hijo a morir por mí. El Dios del Corán nunca hizo eso por mí. Caí de rodillas y oré. . . y le pedí a Jesús que se convirtiera en mi Señor y Salvador. Que gran alivio. Nunca sentí una libertad dentro de mí como la sentí en ese momento”, recordó en una entrevista para Arizona Christian.

Ahí sus planes fueron cambiados, y entonces lo que era un plan para convertir a todos al islam, se transformó en buscar a musulmanes para poder compartirles acerca de la verdad que le trajo libertad a su vida y testificar de todas las cosas buenas que Jesús había hecho por él.

El cambio fue tan genuino que Al Fadi ahora es profesor de la Universidad Cristiana de Arizona.

Gloria a Dios por cada persona que usa para llegar a los más intricados corazones, a quienes la verdad en Cristo les ha hecho completamente libres.