En diciembre pasado, el ciclón Chido azotó el norte de Mozambique, dejando 34 muertos y destruyendo 10 mil casas en las provincias de Cabo Delgado y Nampula. Fue el ciclón más fuerte en 90 años y afectó a más de 300 mil personas en una de las regiones más pobres del país.

A pesar de perder su templo, su escuela y sus hogares, los cristianos locales no dejaron de adorar a Dios. El evangelista y músico estadounidense Sean Feucht visitó la zona y compartió imágenes de la congregación reunida en una estructura improvisada de madera y lona, donde muchos fieles se sientan en el suelo para los cultos.

Sean relató que cantó, danzó y adoró junto a los niños entre los escombros de la aldea devastada. “Esa iglesia fue destruida por el ciclón, pero eso no paró su adoración”, testificó el evangelista, quien predicó en un culto lleno y describió la experiencia como una de las más puras de su vida.

La generosidad de los hermanos de Mozambique sorprendió a Sean, quien recibió ropa, collares típicos y hasta legumbres como ofrenda, a pesar de la escasez. “Vean la generosidad y la bondad de la iglesia africana. Jesús, haznos más así”, escribió en sus redes sociales.

Durante su visita, Sean también participó en un bautismo masivo el Domingo de Pascua, donde más de 500 personas fueron bautizadas en una playa de Mozambique. El evento fue organizado por la misión Iris Global y contó con la presencia de su fundadora, Heidi Baker.

El “bautismo en masa” duró unas dos horas y Sean agradeció a Jesús por “derrotar la muerte y el pecado por todas las naciones, tribu y lengua”. El culto de Pascua se extendió durante cinco horas continuas, mostrando la pasión y entrega de los nuevos creyentes.

El evangelista compartió que el poder de Dios se manifestó de manera especial y que muchas vidas decidieron entregarse completamente a Jesús por primera vez ese día. La fe y el gozo de la comunidad fueron un testimonio de esperanza en medio de la adversidad.